Los Hombres del quinto mundo es un documental que nos enseña la historia, la cultura y las tradiciones de los aborígenes australianos, tribus primitivas que habitan estas tierras.
El viejo Yakar Garimala, nos cuenta en primera persona como es su mundo acompañado del sonido del diyeridu, el latido de su tradición, que les mantiene unidos y apegados a la tierra.
Estas tribus han tenido que defender su país de las imposiciones del hombre blanco cuando éste llego a Australia por primera vez. La cultura aborigen ha ido desapareciendo con el tiempo pero nunca dejaran de contar su historia a los más jóvenes y mantendrán la esperanza de que algún día encuentren su verdad.
En el Parque Nacional de Kakadu se encuentra el enclave de Ubirrok, donde la Serpiente del Arco Iris se detuvo después de crear el mundo y fue pintada en una roca para que la gente pudiera verla. Con el paso del tiempo nuestros abuelos fueron dejando en las paredes una colección completa de imágenes que reproducen su modo de vida y sus creencias. En estas antiguas rocas, también plasmaron la figura del hombre de aquella época, guerrero y cazador, que usaba las mismas lanzas y arpones que utilizamos nosotros.
Cuando nos reunimos para danzar en torno a la hoguera, se cantan los sueños de los animales, las historias de cómo fueron creados. El baile de las mujeres en mas lento y acompasado. Suelen estar en estado de trance, poseídas por los espíritus del bosque que las protegen.
El didgeridoo es nuestro instrumento sagrado. Los hombres que lo saben tocar son muy importantes en nuestra cultura. Mediante el didgeridoo se transmiten nuestras peticiones a los espíritus. Este instrumento sagrado nos acerca al mundo de nuestros antepasados. Es difícil de tocar, puesto que hay que soplar constantemente usando la técnica de la respiración circular.
Nuestro pueblo era nómada, siempre iba de un lugar a otro con sus pocas pertenencias encima. Por eso conocemos muy bien el bosque. En su interior, sabemos como conseguir todo lo que nos hace falta. Los hombres siempre se han dedicado a la caza y la pesca, mientras nuestras mujeres son expertas en la recolección. Saben donde pueden encontrar frutos y raíces comestibles y como conseguir miel.
La mujer siempre ha trabajado en el bosque realizando esta labor. Nadie conoce la naturaleza como ellas. Su trabajo es muy peligroso. Suelen tener encuentros nefastos con la king brown, una de las serpientes más venenosas del mundo, su picadura es siempre mortal.
El hombre siempre ha estado dedicado a la caza y a la guerra, para ello ha fabricado sus propias armas. Sin duda el bumerán es la más conocida de todas. Son palos labrados con una ligera curvatura que los hace más precisos a la hora de ser lanzados. Realmente nuestra mejor arma es la lanza, con ella hemos luchado siempre contra el hombre blanco que invadió nuestro país y que nos ha arrinconado en nuestra propia tierra.
Nuestras costas están llenas de animales, que nos han alimentado tradicionalmente. Con nuestros arpones también pescamos tortugas y manatíes siguiéndolos a bordo de lanchas a motor. Siempre que se captura una tortuga gigante, los pescadores convocan un banquete, en la misma playa, al que asisten todos sus familiares.
Mi pueblo siempre ha sentido la necesidad de expresarse pintando, ahora y al principio de los tiempos. Nuestras rocas sagradas están llenas de estas pinturas que relatan el tiempo del sueño. Nuestro arte, el llamado ahora arte aborigen por la industria turística de los blancos, nace de los sueños que tiene cada artista y de los intensos colores que vemos en nuestra tierra.
Cerca de la ciudad de Darwin, mi pueblo llama al espíritu del rey de los cocodrilos con gritos desgarradores. Es una danza de invocación. Se baila cuando alguien tiene que viajar por alguna zona donde vivan los poderosos cocodrilos marinos. Se pide su protección y su permiso, pero el gran espíritu siempre esta dormido, por eso hay que gritar para despertarlo, para que se entere de que la gente se ha reunido y danza en su honor.
El país ocupa la principal masa continental de la plataforma llamada Sahul, además de algunas islas en los océanos Pacífico, Índico y Antártico. Los países más cercanos a Australia son Indonesia, Timor Oriental y Papúa Nueva Guinea al norte, las Islas Salomón, Vanuatu y la dependencia francesa de Nueva Caledonia al noreste, y Nueva Zelanda al sureste. Australia es el sexto país más grande del mundo con una superficie de 7 686 850 km². Su capital, Canberra, se encuentra en el Territorio de la Capital Australiana. La población del país en 2011 era de unos 21,5 millones de habitantes, concentrados principalmente en las grandes ciudades costeras: Sídney, Melbourne, Brisbane, Perth y Adelaida y la capital Canberra.
Australia ha estado habitada desde hace más de cuarenta y dos mil años por los aborígenes australianos. Su descubrimiento se habría producido tras las esporádicas visitas de españoles y portugueses que exploraron la costa septentrional y occidental de Australia, sin percatarse de que era un nuevo continente al confundirlo con islas.3 4 5 Las exploraciones iniciadas en el siglo XVII fueron continuadas por pescadores holandeses, exploradores y comerciantes europeos. Hasta ahora se sostiene que el primero en desembarcar en las costas orientales fue el navegante británico James Cook, que llegó en 1769 a Nueva Zelanda y en 1770 a tierras australianas.6 Debido a ello, la mitad oriental del continente fue reclamada por Inglaterra en 1770, y en 1788 se estableció una colonia penal en Nueva Gales del Sur. Debido al asentamiento de colonos, a su crecimiento demográfico y a la exploración de nuevas áreas, durante el siglo XIX se establecieron otras cinco colonias británicas más. El 1 de enero de 1901, las seis colonias se federaron formando la Confederación de Australia. Desde su institución ha mantenido un sistema político democrático liberal y ha continuado siendo una monarquía dentro de la Comunidad Británica de Naciones.
En la división convencional en continentes, Australia se engloba en Oceanía, que agrupa también las islas del Pacífico. Sin embargo, los anglohablantes suelen hablar del "continente australiano" sin que Australia, desde un punto de vista geológico, constituya un continente. Nueva Zelanda y las islas adyacentes tampoco conforman un continente con Australia al no pertenecer a la plataforma Sahul, sino que se suelen asociar con esta por cercanía histórica y política.